Perros-Viejo Pastor Inglés

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Viejo Pastor Inglés
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Origen de la raza

El origen de estas grandes razas de perros pastores que se caracterizan por su gran valentía y ferocidad frente a animales depredadores y su marcada suavidad y amabilidad en el trato con lanares y vacunos

Las necesidades de perros pastores que  pudieran defender a sus rebaños de los animales depredadores y grandes manadas de lobos que invadían Europa y Asía parece que fueron cubiertas cruzando perros del tipo mastiff con pastores del norte del tipo spitz, lográndose obtener unos perros de capa muy abundante, hirsuta, resistente al frío de las estepas rusas, de donde parece se originaron, y largo pelo cubriéndole los ojos para proteger su vista de la nieve.

Estos grandes perros de duro y abundante pelaje parecían no temer a nada y demostraban reunir cualidades, la de protección y trabajo. Estos resultados motivó a la gente de antaño a continuar su búsqueda hasta lograr afianzar cualidades, obteniendo razas de perros que fueran de trabajo dual. Fuertes, valientes y arrojados, conjuntamente con las cualidades, de los perros pastores, eficaces en arrear y controlar rebaños y vacunos, de trato gentil y obedientes con el hombre.

Entre los descendientes de estos perros se pueden mencionar entre otros al Viejo Pastor Inglés, distribuido en una gran extensión entre la Rusia Oriental y Gran Bretaña.

También son conocidos como Bobtail u O.E.S. (Old English Sheep dog o Sheepherd dog).
 

Trabajo y carácter de la raza

Los perros pastores tienen un trabajo que cumplir, ayudar a sus dueños a atender a sus animales y protegerlos. Como resultado estos perros tienen un carácter muy especial, suave, en los que se pueden confiar, dejando entrever además un temperamento valiente y decidido. Evidentemente, el hombre en estrecha colaboración con su perro forma un equipo, respondiendo el animal con resoluciones casi humanas, responsables. Los hombres de antaño que manejaban estos corpulentos perros sabían positivamente lo que podrían esperar de éstos, ya que para los ganaderos de Inglaterra y Escocia, sus requerimientos primordiales, al igual que los hombres en la antigüedad, eran condiciones de trabajo y valentía, inteligencia, agilidad y robustez, por lo que las crías se orientaban hacia esa finalidad.

Eran perros dóciles, amables, de buen carácter aunque en la necesidad de defender, asomaba en ellos toda la agresividad de sus antepasados. Su sentido del deber se observa no sólo con los humanos sino también con los animales a su cuidado respetándolos sin avasallarlos, imponiéndoles su personalidad pasivamente y obteniendo una respuesta obediente sin quebrar ese equilibrio indispensable que debe existir entre hombre-perro-ganado.

Son perros de carácter muy dócil, cariñosos  con el hombre aunque posesivos. Sumamente obedientes responden muy bien al adiestramiento. No son pendencieros con otros perros a los cuales parecen ignorar y su fidelidad es absoluta.

Cuando se desplazan lo hacen manteniendo la cabeza elevada en línea cómoda casi a nivel de la grupa, pero al iniciar el galope, bajan su cabeza casi al nivel del suelo. Evidentemente se debe a la especial conformación de su cuerpo ya que durante el paso adopta un característico movimiento lateral en el cual se adelantan ambas patas a la vez y produce el efecto de balanceo. Durante el galope varía totalmente sus movimientos de avance.

Su pelaje es muy denso e impermeable ideal para soportar los rigores del invierno y la nieve en las montañas y valles. En verano toleran muy bien el calor no obstante su denso pelaje ya que generalmente los perros transpiran a través de la boca y las patas.

Si bien al abundante pelaje del Bobtail requiere de ciertos cuidados diarios, no se puede decir que difieran en mucho al cuidado que se le debe prestar a otras razas de pelaje largo.
Los Pastores Ingleses, no necesitan de baño seguido, ya que con el cepillado diario se eliminan sus impurezas. El baño seguido también le hace perder la grasitud propia de la piel, indispensable para la salud del pelo.

Su ladrido es muy peculiar, muy resonante, como si fuera producido dentro de una vasija rota, "pot-casse" como se los describe.

Poseen muy buen olfato y oído.
 

Nuestro país y los perros pastores

En nuestro país, en el campo, es masivamente notoria la viva inclinación de los ganaderos en acercarse íntimamente a sus perros pastores, ya sea en plena convivencia o por medio de una identificación mutua para el trabajo con lanares, vacunos y porcinos.

Por la gran extensión de su territorio, la cordillera de los Andes que abarca de norte a sur toda la longitud del territorio argentino, y por la vecindad del Atlántico, el clima presenta diferencias y variedades muy grandes, lo que condiciona al suelo obtener pastos naturales que permiten el desarrollo óptimo de ganados, siendo fuente de una de las mayores, riquezas en nuestro país. La región central o pampeana es la más importante del punto de vista agropecuaria, y por ende, siendo la zona en que se desarrolla la agricultura, ganadería, plantas forrajeras, y donde más abundan los pastos naturales.

Siendo el ganado lanar y vacuno uno de los pilares de la economía Patagónica, el empleo de perros pastores se hacen necesario, y el Viejo Pastor Inglés, es una de las razas que sea ha estado imponiendo desde los finales del siglo XIX cuando fueron introducidos por los ingleses y luego aceptados en nuestro medio. Así como en todos los países donde se trabaja con esta inteligente raza, aquí entre nosotros se busca seleccionar las crías, cuidando especialmente su ascendencia, en particular de trabajo, a fin de lograr mantener el producto ideal para su labor, carácter, adiestrándolos de acuerdo a un determinado plan de trabajo y necesidades de cada lugar, variando su adiestramiento según el lugar, topografía y enfrentamientos con la fuerza de la naturaleza, lo que condiciona sus hábitos, psicología, costumbre de las comunidades, moral y física.

Así como fuera aceptado ampliamente en nuestros campos patagónicos, también se fueron introduciendo cada vez más en los hogares, ya que su mantenimiento, no obstante los cuidados que debe prodigarse a su capa, una vez programado el trabajo, resulta en una tarea agradable que permite una mayor intercomunicación entre el hombre y su perro, llegando a un alto y especial grado de identificación.

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